Tal día como hoy, el 20 de enero de 1881, el prócer cubano José Martí, quien entonces contaba con 27 años de edad, arribó a suelo venezolano, procedente de New York, a bordo del vapor “Felicia”.
Caracas era ya una ciudad de 50.000 habitantes, no existían las actuales vías de acceso a la misma y “cuentan que (por el camino de los españoles) llegó un viajero al anochecer que sin sacudirse el polvo del camino, ni preguntar dónde se comía o dormía, solo indagó cómo se llegaba hasta la estatua del Libertador Simón Bolívar
Martí llegó a Venezuela cargado de las mayores expectativas y respeto por nuestra nación, observando atentamente las costumbres, vestuarios, prácticas religiosas, estilo de vida y todo cuanto juzgó interesante, tomando apuntes acerca de la idiosincrasia del país. En Caracas, entró en contacto con los más sobresalientes intelectuales del momento, pronunció discursos en el Club de Comercio y dio clases de oratoria.
“Quien dice Venezuela, dice América”, con esta sentencia José Martí quiso explicar el carácter de la Revista Venezolana que lanzó en Caracas el 1° de julio de 1881 junto a figuras como Cecilio Acosta -quien murió una semana después-, Eduardo Blanco y Arístides Rojas, entre otros. Pero más allá de explicar la línea editorial de una publicación, el escritor cubano estaba anunciando un proyecto emancipador de dimensión continental.
Martí vino a Venezuela porque quería rendir tributo a Bolívar, a quien admiraba por su tenacidad tanto como por sus ideas. Él que era un hombre con una salud frágil, pero voluntarioso, veía en el Libertador al héroe sacrificado, que se podía sobreponer a cualquier dificultad. Y al mismo tiempo era como un faro ideológico, porque había sido un hombre con ideas liberales de avanzada y muy firmes en medio de una sociedad sumamente conservadora a la que siempre desafió.
Además de la afinidad de pensamiento y temperamentos, el poeta-prócer cubano tenía en común con Bolívar la inquietud de que Estados Unidos secuestrara la libertad que tanto le había costado a las nacientes repúblicas americanas. Bolívar, advirtió la amenaza del imperialismo, pero Martí lo vivió en carne propia.
De aquí se fue como latinoamericano y volvió a Nueva York, de donde partiría a Cuba que peleaba su libertad a toque de degüello. Sobre su tierra murió en combate el 19 de mayo de 1895, pero triunfó. Fue de esa misma tierra donde Nuestra América venció por primera vez al imperialismo.
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