Las esposas  de Los Cinco héroes cubanos que llevan 14 años de encarcelamiento en EEUU como pena por haber alertado a su país sobre planes terroristas, expresaron que está en manos del Presidente Barack Obama poner fin al sufrimiento de los 5 y al de sus respectivos familiares.
En entrevista con el segmento Dando y Dando, de Toda Venezuela, que se transmite porVenezolana de Televisión, Olga Salanueva, esposa de René Salazar, sostuvo que el encarcelamiento en el que mantiene el Gobierno estadounidense a su esposo y sus cuatro compañeros “es injusto y cruel”.
A su juicio,  existe mucho ensañamiento con el caso de los 5.  “En el caso de René, su mamá murió de tristeza, pues no pudo ver a su hijo libre e incluso la niña que dejó en Cuba ahora es madre y él no ha podido siquiera ver a su nieto, ya que todavía no le permiten regresar al lado de su familia”, expresó.
No obstante, “seguimos buscando alternativas para encontrar una solución y verlos libres”, manifestó por su parte Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández.
Elizabeth Palmeiro  criticó asimismo el encarcelamiento y violaciones del proceso legal contra su esposo Ramón Labañino, sentenciado junto a Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández y René González a largas penas en suelo norteamericano, incluyendo la sanción de dos cadenas perpetuas más 15 años para Hernández.
Conocidos internacionalmente como Los Cinco, cuatro de ellos permanecen encerrados desde 1998, mientras René cumple tres años de libertad supervisada en territorio estadounidense, pese a reclamos de activistas por su pronto regreso a Cuba.
Igualmemente, Olga Salanueva, esposa de René, resaltó que el camino de los antiterroristas fue el de la dignidad y no de la traición.
En consecuencia, insistieron en la necesidad de que el mandatario estadounidense tome en sus manos este caso. “Si Obama quisiera, mañana mismo estarían libres Los 5”, apuntaron durante sus declaraciones al segmento de Dando y Dando, de Toda Venezuela, que se transmitió desde La Habana, Cuba.
En septiembre de 1998, cinco cubanos fueron arrestados en Miami por agentes del FBI y aislados en celdas de castigo durante 17 meses antes de que su caso fuera llevado al tribunal por el seguimiento de las actividades de grupos y organizaciones responsables de actos terroristas contra Cuba.
Aunque fueron imputados de nebulosos cargos de conspiración, el gobierno de Estados Unidos nunca los acusó de espionaje, ni afirmó que hubiera ocurrido espionaje real ya que no les fue incautado ningún documento clasificado.